Pensábamos
que la encerrona la venia grande a Daniel Luque, pero en el primer toro, y a mí
el primero, nos calló la boca. Parte de culpa la tiene un gran toro de Antonio
Bañuelos con el que el torero se relajó y toreo de verdad.
Con
este toro Luque toreó, una bella faena con pasajes de auténtica categoría como
el inicio de faena, que fue simplemente de antología. Recetó una estocada
entera trasera a la primera y el público le pidió con insistencia las dos
orejas. El presidente le concedió una oreja y negó por miedo a que le
etiquetaran de facilón, la segunda. No soy yo partidario del orejismo
desorbitado, pero hoy no hubiera pasado nada por conceder el segundo trofeo,
porque estábamos ante el mejor Luque visto. Honor de multitudes también para el
toro del frío. Don Antonio Bañuelos tiene que estar contento.
Luego
Ricardo Gallardo echó el toro más feo de la camada. Un animal que sólo por su
aspecto se sabía que no iba a dar juego. Fue imposible.
El de
Alcurrucén iba de tonto y termino siendo un toro muy noble en la muleta y con
posibilidades de triunfo. Aquí Luque fue el que no queremos. Se fue demasiado
pronto por el toreo accesorio para cortar una oreja facilona. El de Alcurrucén
daba para torear encajado y con pureza. Me quede con ganas de ver al toro con
otro tipo de toreo. Pero Luque consiguió su propuesta. Cortar oreja. Había
material para dos si hubiera seguido por el camino puro. Este toro hirió de
gravedad al sobresaliente Manuel Carbonell, que fue invitado a realizar un
quite y al que se notó falto de sitio. Se echó el toro encima al finalizar el
quite sin eco y el de Alcurrucén no le perdonó. 15 cm de cornada en el costado
lleva y le puede dar gracias a La Pilarica.
Con el
cuarto de Victorino llegó la emoción. Bravo en varas, el cárdeno protagonizó un
tercio vibrante. Bien estuvo el picador Esquivel, que fue derribado en la
primera vara y luego se desquito con una segunda buena. Qué bonito es el tercio
de varas bien hecho. Aquí Luque entendió bien al toro, noble y tardo. Sacó
partido por ambos pitones. Que nos hubiera gustado que se terminará de confiar,
pues sí, pero el torero al menos estuvo digno. Recuerdo una figura en Sevilla
con el que movía las orejas……. Se le premió con una oreja tras estocada al
segundo intento.
La
tarde la cerraron dos mulos grandes y pasados de años de Victoriano del Río y
Puerto de San Lorenzo. Dos toros imposibles con los que la encerrona se fue
abajo. Si el toro de Bañuelos sale en estos puestos la cosa hubiera terminado
en lo alto.
Tres
orejas que no le abrían la puerta grande, quizá se la robo el presidente en el
primero, porque para salir a hombros de Zaragoza hay que cortar dos orejas en
un toro. También es verdad que luego Luque se fue por las orejas facilonas en
los otros dos toros que valieron y falto una apuesta clara para conseguir el objetivo
después de lo acontecido con el primero.
Por
cierto, Buena entrada en Zaragoza. Esa plaza sin Serolo vive otra vez.
Por
Fran Pérez @Todo Toros
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